La Varita de zafiro (sapphire wand) es la primera arma de Daedolon, el mago en Hexen y es con la que comienza el juego.
Es una varita plateada con un gran zafiro incrustado en la cabeza. Dispara unos proyectiles a gran velocidad que hacen poco daño pero que son capaces de penetrar a los enemigos por lo que, con un poco de estrategia y en manos de un jugador hábil, se puede ocasionar mucho daño en poco tiempo. Esta ventaja brilla, sobre todo, contra enemigos terrestres como los ettins y las serpientes del caos; sin embargo, con un poco de paciencia y habilidad, también se pueden llegar a alinear grupos de afrits y obispos oscuros.
Notas
Es, quizá, el arma prima que más se vuelve a utilizar a mediados e incluso finales del juego. Mientras que los luchadores y los clérigos se olvidan de sus guanteletes y maza, respectivamente, al obtener su segunda y tercera arma, un mago experimentado sabe cuándo es prudente volver a utilizar la varita de zafiro:
Cuando se tienen varios enemigos alineados uno detrás del otro (por ejemplo, en pasillos muy estrechos) utilizar la varita de zafiro es indudablemente más eficiente que las demás armas.
Para francotirar enemigos, la mejor arma es la varita de zafiro.
Contra enemigos muy frágiles, como los afrits o los acechadores, la varita de zafiro puede acabar con ellos relativamente rápido sin gastar maná.
Durante el primer mapa del juego, Sala de Desgranaje (Winnowing Hall), después de haber usado la llave esmeralda se puede usar la varita se zafiro para dispararle a la campana en la torre del patio y así poder acceder más rápidamente al portal que lleva al siguiente nivel.
